jueves, 14 de abril de 2016

POZAL DE GALLINAS

 A principios de abril de 2016 me sitúo con mi BTT sobre las hermosas
 y resplandescientes tierras
 donde se alza el municipio vallisoletano de Pozal de Gallinas.
 Pero antes de entrar de lleno en su interior, recorremos los límites de la población encontrando un restaurado abrevadero de estilo mudéjar que abastecía de agua a los rebaños de ovejas.
 El paseo hacia el este, en dirección hacia Calabazas, 
 nos introduce en un sugestivo pinar
 entre bellos oteros,
 que se realzan entre el cielo nuboso
 que cubre las extensas parcelas cerealistas
 y los singulares viñedos
 bien cuidados por sus propietarios.
 Hacia el norte subimos hasta el emplazamiento de la Ermita de la Virgen de la Estrella, patrona de la villa.
 Es un edificio barroco del siglo XVIII, desde el que se dominan 
 pequeños cerros,
 tierras de labor
 y la preciosa y extensa llanura castellana
 Bajamos a descubrir el perfil del pueblo
 entre pequeñas esculturas
 y amplias plazas,
 llegando hasta el crucero
 de la Iglesia Parroquial de San Miguel,
 también del siglo XVIII, de ladrillo y de estilo barroco.
 Junto a la iglesia se alza un alargado depósito de agua que sobresale 
 sobre las casas 
 y edificaciones del pueblo.
 Abandonamos Pozal de Gallinas por el sur, cruzando la carretera que une Medina del Campo y Olmedo,
 entre aromas de cepas
 y deslucidos lavajos 
 finalizando nuestro paseo entre la antigüa vía férrea
 y la moderna red de alta velocidad que surcan esta preciosa comarca castellana.

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