La tarde del 19 de febrero de 2014 la aprovechamos para acercarnos a la localidad segoviana de Navafría y llegar al Área Recreativa El Chorro.
Estamos en la impresionante zona natural del Parque de la Sierra de Guadarrama
alimentada por las frescas aguas del río Cega
En lo mas alto del Parque Recreativo comienza la senda hacia la Cascada del Chorro en un placentero camino que en 20 minutos nos acercará al espléndido lugar.
El Arroyo del Chorro nos acompañará por el sencillo recorrido que nos situará en uno de los parajes mas bellos de Navafría.
Los pinares segovianos de la Sierra de Guadarrama
constituyen un lugar de exagerada belleza y excepción.
Un mar de denso pinar nos abriga en la subida, paseando por un auténtico tesoro que forma una de las mayores manchas
de pino silvestre de Europa.
El rumor del agua nos va introduciendo
en un lugar fresco y apetecible
antes de llegar al "broche de oro", la Cascada del Chorro de Navafría.
El Arroyo del Chorro se descuelga
alegre y saltarín
hasta la base,
por un espectacular "tobogán" de granito de unos 20 metros de altura.
Sus refrescantes aguas
son el fondo de nuestras mejores fotografías
y una cuidada "puesta en escena".
Después de admirar la caída del agua
podemos acceder a la parte de arriba de la cascada
por unas escaleras que hay hacia la derecha.
Deberemos tener mucho cuidado, ya que no hay ninguna barandilla de protección
y sumar a este peligro, dependiendo de la época del año, las numerosa placas de hielo
que se forman a ambos lados de la corriente en días con bajas temperaturas.
Seguimos ascendiendo y disfrutando
de los diferentes y hermosos saltos de agua.
Poco a poco
alcanzamos, con los relajantes sonidos del agua,
la parte mas alta de la cascada, para divisar las tierras bajas de la provincia segoviana, ante una infinita mancha forestal de pino silvestre.
Nos regodeamos
con infinidad de imágenes
y fotografías
en el lugar en el que no podemos dar un paso mas.
Aun, por la derecha y entre gélidas estalactitas y estalagmitas
de hielo,
descubrimos un pequeño repecho
que nos cuelga casi en el vacío, abriéndonos impresionantes lugares donde seguimos alcanzando
la espectacular caída de las aguas del Chorro.
Enfrente tenemos el Mirador de las Cebadillas
y desde nuestra atalaya
oteamos, entre las ramas, las últimas vistas de estos hermosos
paisajes.
El descenso lo hacemos con cuidado
por el mismo camino de subida
atendiendo otros pormenores
que se nos pasaron en la ascensión.
Abandonamos este lugar casi mágico,
después de una hermosa tarde en buena compañía.
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