Entre suaves ondulaciones y extensa planicie,
con alguna otra cuesta en sus alrededores
tomamos las tierras donde se sitúa
el municipio vallisoletano de Ramiro a 57 kms de la capital.
En el centro del pueblo y ocupando la Plaza Mayor encontramos la Iglesia Parroquial de San Miguel,
sencilla y sin apenas decoración, en donde su fachada sur podemos ver la portada y el frontón del pueblo.
También podemos calmar la sed en la fuente
y admirar su robusta torre de ladrillo
que se "empina" y sobresale
sobre el caserío del municipio.
La Casa Consistorial nos abre las puertas
por sus calles
con grandes casonas
de ladrillo
y muchas de ellas derruidas por el paso del tiempo.
Arquitectura típica castellana
donde encontramos ágiles y ligeros "moradores de tejados"
y pequeños detalles de forja que combinan entre el ladrillo y las tejas.
Pueblo acogedor
con muchas trazas de adobe en sus arrabales
y con importantes vestigios
de la cría de "pichones"
y maquinaria agrícola que en su día hicieron mas fácil la vida a sus pobladores y que hoy ponen un hermoso matiz en estos preciosos campos.
Un admirable espacio en la comarca de Tierras de Medina
que nos invita al descanso y a la reflexión
de estas olvidadas tierras castellanas.
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