SIETE IGLESIAS DE TRABANCOS

 Sobre un paisaje tipicamente castellano a 53 kms de Valladolid, aparece el municipio de Siete Iglesias de Trabancos.

 Su nombre viene de que hubo siete iglesias y su apellido por el río Trabancos.

 Por sus sinuosas calles llegamos hasta 

 la Ermita del Cristo del Humilladero, con una ordenada fachada de ladrillo con portada y espadaña.

 Casas con bodega,

 entre adobe, madera y teja

 nos conducen hasta la parte mas baja del pueblo por donde cruza el Arroyo Reguerón, que después de pasar por la Fuente del Moro llega al río Trabancos.

 Hacia el Llano de San Pedro, restos de antigüos apriscos para el ganado, mientras dos equinos se cuelan sobre los tonos cerealistas que marcan las fechas de últimos de mayo.

 La torre de la iglesia se intercala en nuestro paseo

 cuando llegamos a la Plaza del Arrabal Grande

 donde podemos admirar dos estupendas casas señoriales

 del siglo XVIII

 y su capilla de ladrillo anexa.

 Entre el arbolado de esta Plaza del Arrabal

 y el blanco de las fachadas de algunas calles 

 llegamos a la Plaza Mayor, donde un soberbio escudo se asoma desde el balcón.

 Edificios de todo tipo

 configuran esta plaza

 donde se asoma la Casa Consistorial

 remodelada en ladrillo.

 Pero el edificio mas importante de Siete Iglesias de Trabancos

 es su Iglesia de San Pelayo, su patrón.

 Construida en el siglo XVII en estilo barroco con varios contrafuertes,

 podemos ver en el exterior, esta magnífica inscripción con escudo

 y la lista de los "caídos" en la guerra del 36 que la Falange recuerda en éste y en numerosos pueblos de la provincia.

 Rodeamos todo su perímetro 

 sin dejar ningún resquicio

 saliendo por sus calles

 hasta el antigüo depósito.

 Terminamos la visita al municipio por su vertiente oeste

 en esta hermosa y gratificante llanura cerealista en tierras vallisoletanas.