Peñalba de Santiago se sitúa a unos 20 kms de Ponferrada en la cabecera del Valle del río Oza, dentro de la Comarca leonesa del Bierzo y también conocido como el Valle del Silencio.
La carretera de montaña que llega hasta Peñalba es de trazado sinuoso y angosto, pero de una belleza envidiable.
Esta declarado Conjunto Histórico Artístico desde 1976.
Peñalba de Santiago es un pueblo con sabor medieval,
con las típicas casas serranas,
construcciones que respetan la tradición arquitectónica de piedra, madera y laja de pizarra
que se apiñan entorno a la iglesia.
Calles angostas,
balconadas de madera
en un universo de mampostería en piedra situado en un agreste anfiteatro de montañas.
Por su estrechas calles llegamos
hasta su Iglesia de Santiago, un templo que forma una joya del paso mozárabe por estas tierras.
En su fachada sur encontramos la doble puerta mozárabe, con dos arcos geminados de herradura apeados sobre tres columnas de mármol.
Los capiteles van decorados con motivos vegetales y hojas de acanto.
Su interior de notable belleza esta presidido por una imagen de Santiago
y en su parte posterior la imagen de San Genadio.
Pinturas
y arcos
decoran su cúpula, paredes y techumbre
de esta reliquia del mozárabe.
En su muro norte y adosado encontramos un sepulcro románico construido en sillarejo y piedra de toba, con un tejadillo que sostiene un doble arco de medio punto con dovelas que apoyan en tres columnas con capiteles toscos.
También encontramos esta puerta de herradura
en la que la jamba izquierda se haya una inscripción funeraria latina.
El paseo sigue
entre piedra,
madera
y pizarra
justo cuando abandonamos la hermosura de esta construcción del año 937 en el siglo X.
Un toque de color para este gris día
en el que visitamos Peñalba de Santiago.
El paseo continua por rectas
y redondeadas fachadas, con maderas apiladas que darán calor
en el interior de cada una de las viviendas.
Nieve y pizarra se suman
a la espectacular estampa de este pueblo.
De las afueras llegan los húmedos y frescos ecos del agua
que derrama la hermosa fuente.
Una vez probada sus aguas regresamos
para internarnos de nuevo en su entramado urbano.
Las chimeneas no dejan de trabajar mientras el sol cae y la temperatura de desploma.
Rústicas escaleras de piedra
se mezclan con la madera de puertas, ventanas y balcones
ante la atenta mirada de las cumbres de Peña Alba en el horizonte.
Vamos recorriendo calles,
descubriendo rincones
y admirando la belleza que rezuma Peñalba.
En su calle mas alta
descubrimos una de las balconadas mas bonitas del pueblo
e incluso podemos apreciar una auténtica perspectiva entre ellos.
Abandonamos Peñalba de Santiago con la sensación de haber cruzado un "túnel del tiempo" que nos llevó a los antigüos condados de la Edad Medieval.
Los Montes Aquilianos ponen el colofón a este pueblo en el corazón de la "Tebaida Berciana".
Impresionante trabajo fotografico y tambien espectacular buen gusto el tuyo!!!! Me has dejado sin palabras, y eso... ya es mucho!!!!
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