Al norte de la provincia de Burgos se encuentra la localidad de Frías, donde sobresale su bello castillo
oficialmente llamado Castillo de los Duques de Frías y también Castillo de los Velasco.
Se ubica sobre el peñasco de La Muela y es uno de los castillos roqueros mas espectaculares de Castilla, añadiendo su gran valor estratégico.
Construido en mampostería y bien conservado, nos dirigimos a su puerta de acceso donde hacia el sur descubrimos la cilíndrica Torre del Reloj.
Entre almenas la Torre Central
y a la izquierda de todo el conjunto la puerta de ingreso de arco ojival, pequeña para su mejor defensa
y precedida por un puente levadizo de madera sobre un foso escavado en la roca.
Nada mas entrar a su interior nos topamos con una antepuerta cobijada bajo la torre-puerta y de clara función defensiva.
Accedemos a su Patio de Armas de forma cuadrada donde vemos el muro norte totalmente almenado
y al oeste se alza, sobre un peñón, la Torre del Homenaje.
El muro del sur conserva tres ventanales ajimezados adornados
con capiteles románicos de los siglos XII y XIII decorados con caballeros
y figuras mitológicas.
Sobre el muro norte se situaban la crujía de servicios como graneros y bodegas.
Vamos recorriendo todos sus muros
y espacios
sin olvidarnos que justo en el centro del Patio de Armas se conserva un aljibe al que se accede por un pozo central.
Todo un adarve recorre las almenas
y mediante unas escaleras accedemos hacia la Torre del Homenaje que se eleva hacia el cielo.
Según nos vamos elevando, vamos descubriendo poderosas imágenes y vistas de la ciudad de Frías
que se despliega a partir del castillo por toda la loma.
A través de una angosta escalera interior, llegamos
a una estancia abovedada para visualizar la parte sur de la ciudad
y sobre ella, una terraza almenada con torrecillas sobre modillones en el ángulo este.
El maravilloso Valle de Tobalina,
por donde camina el Ebro, se abre a nuestros pies
y entre sus muros acertamos a ver el Pico Humión.
La campana del reloj de la torre sur sigue informando puntualmente la hora en Frías.
A vista de pájaro reconocemos el Patio de Armas
y por las saeteras alcanzamos la Iglesia de San Vicente.
Un recorrido visual
por los cuatro puntos cardinales
nos dejan preciosas fotografías
y amplios horizontes.
Descendemos hasta otras dependencias
para obtener de un vistazo
diferentes vistas de la colosal Torre del Homenaje
y entre las últimas luces de la tarde
la piedra se vuelve de color ceniza.
Entre nubes
y nieve, abandonamos esta preciosa fortificación que constituye el elemento estrella de la oferta turística y cultural de la ciudad burgalesa de Frías.
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