viernes, 30 de junio de 2017

TORDEHUMOS

 En plena comarca de Tierra de Campos, junto a las riberas del río Sequillo
 y a unos 50 kms de Valladolid, surge el hermoso pueblo y villa de Tordehumos.
 Una de nuestras primeras paradas por los exteriores del pueblo es para conocer el universo de adobe
 materializado en luminosos palomares,
 que antiguamente significaban un apoyo a muchas economías domésticas con la cría de palomas y pichones.
 Entre maravillosos paisajes cerealistas
 con estupendos y esbeltos contrastes,
 alcanzamos la Ermita del Santo Cristo de la Vega, un edificio de estilo barroco
 que alberga un amplio, fresco y tranquilo merendero.
 El paseo nos va introduciendo por sus primeras calles entre la piedra y el adobe
 con grandes viviendas y pequeños ventanales
 hasta llegar a su Iglesia de San Miguel del siglo XVI.
 En estos días de mayo, en la que el calor aprieta, sentimos el revuelo, el jolgorio y los graznidos de una infinidad de vencejos rodeando la portentosa torre de la iglesia.
 Bajamos al suelo para seguir el paseo por sus calles
 y subir la escalinata hacia las Escuelas.
 Llegamos hasta la Plaza del Rollo,
 volviendo a subir, por su entramado urbano,
 al lugar donde oteamos el Castillo de Tordehumos del siglo XII en lo alto del cerro.
 Accedemos un fuerte repecho por su vertiente este
 para encaramarnos sobre este Bien de Interés Cultural
 que domina la maravillosa y vasta Tierra de Campos
 con una perfecta armonía de colores
 y una amplísima luminosidad,
 engullendo los cuatro puntos cardinales
 y controlando, a "vista de pájaro", la extensión del pueblo.
 En un segundo nivel
 vamos desgranando los restos de la muralla,
 que entre la vegetación
 con sus tonos y matices,
 vamos recorriendo tramos donde la piedra aguanta el paso del tiempo,
 pasando por la destrucción, la ruina
 y la demolición.
 Los Paseos de Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla
 se convierten en un magnífico Mirador de Tierra de Campos 
 y de la firma del Tratado de Tordehumos, en la que ambos representantes de los reinos firmaban la paz.
 Abandonamos este histórico lugar ante la mirada de este simpático burrito
 para seguir profundizando entre viejas piedras y decrépitas maderas
 y llegar hasta la modernidad de su Casa Consistorial.
 Avanzamos entre sus "traseras"
 y fachadas
 para conquistar la Iglesia de Santa María la Sagrada, una construcción renacentista del siglo XVI
 y su torre de piedra de un solo cuerpo a los pies del templo.
 De nuevo, la teja
 y el adobe
 para atrapar y tocar la Iglesia de Santiago y su influencia mudéjar.
 Seguimos callejeando
 entre grandes casas solariegas
 para caminar 
 hasta una pequeña y preciosa fuente,
  saliendo hacia los arrabales del pueblo y encontrando este curioso chozo pétreo.
 Viejos palomares
 y destartalados pajares
 ponen fin a este enriquecedor paseo por Tordehumos.
 Una nota de color
 en esta inmensa llanura
 en la que se escucha el "tintineo" de los rebaños de ovejas
 y se exhala el adorable aroma del cereal sobre estas tierras en estado de abandono.
Tordehumos, a 25 de mayo de 2017.
ÁLBUM DE FOTOS: TORDEHUMOS

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