La presencia musulmana en Salobreña durante ocho siglos ha dejado un claro legado en su castillo árabe.
El lienzo amurallado se extiende
en dirección sur hacia la Torre del Homenaje
sobre un brutal y colosal roquedo.
El acceso a la fortaleza se realiza por una torre rectangular
con entrada en recodo, solución defensiva típica nazarí.
El aspecto actual del castillo es el resultado del aporte de la arquitectura militar
y palaciega musulmana y cristiana.
Grandes muros almenados
corren hasta los torreones
con innumerables pasadizos
donde vamos encontrando pequeños ventanales
y grandes arcos
con infinidad de vistas
de los alrededores de Salobreña, constituyendo el recinto exterior defensivo.
La Torre Vieja era el lugar de uso de los monarcas
y se asoma hacia el norte al Recinto de la Coracha, con las Torres del Agua y de La Coracha,
frente a la entrada del Patio de Armas.
Desde la Torre del Agua divisamos las bellas vistas que se extienden hacia el norte de Salobreña y fue construida para proteger el pozo de agua que se halla en su interior.
Desde la Torre de la Cobacha
nos asomamos por sus estrechos ventanales
y su función también era defender la Torre del Agua, ya que es el único suministro de agua de la fortaleza.
La Torre del Homenaje se cuela en estas estancias
para otear la Torre Nueva cilíndrica, donde se almacenaban el armamento y las municiones constituyendo la construcción cristiana del siglo XVI.
Pasamos al Patio de Armas, donde podemos observar la torre de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, descubriendo la parte este y
norte de Salobreña.
Entramos a la Alcazaba, centro neurálgico militar y social de la fortaleza
donde se conservan dos silos para el almacenaje de grano y provisiones,
frente a la Torre Vieja.
Las diferentes estancias de la Alcazaba
están protegidas por el lienzo de murallas que,
con maravillosas vistas,
se recorren sobre el adarve que comunica las zonas este,
norte y oeste del castillo.
La vista general del Patio de Armas nos eleva hasta
las almenas de la Torre del Homenaje, residencia del monarca y sus huéspedes
con ventanas hacia poniente
y actualmente en reparación.
Recorremos su fachada sur
hasta la Torre de acceso a la Alcazaba y la Batería o Torreón del Aljibe
terminando este portentoso recorrido
entre los tonos dorados de un precioso atardecer en el Mediterráneo.
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