Comenzamos nuestra andadura por el municipio cántabro de Laredo sobre la Playa de El Regatón,
situada en la margen derecha de la Ría de Treto y dentro del Parque Natural de de las marismas de Santoña, Victoria y Joyel.
Cambiamos de dirección en la Playa del Puntal para caminar sobre la extensísima Playa de La Salvé de 4250 metros de longitud
que nos lleva hasta el casco antigüo de Laredo
a los pies del torreón circular que marca el perfil de la población.
En su interior rodeamos edificios civiles
y la Casa Palacio de Zarauz, de 1816 y del cual partía el famoso camino de Castilla.
La mayor muestra representativa de la arquitectura civil renacentista de Cantabria está en el edificio de 1562, que acogió hasta 2007 las dependencias del Ayuntamiento de Laredo.
Seguimos el camino entre calles y plazas
alcanzando la Iglesia de San Francisco del siglo XVI, marcando el inicio del clasicismo de la villa, ocupado pos las Madres Trinitarias y habilitado como Museo de Arte Sacro.
Al lado de la Casa Natal de Los Alvarados
nos topamos con La Puerta de Bilbao, conocida también como Puerta de San Lorenzo
y Arco de la Calzada, perteneciente a la Muralla Medieval del siglo XIII.
Desde la parte superior de esta puerta obtenemos una magnífica instantánea de la villa.
Regresamos a golpe de escalones
para visitar la Capilla del Espíritu Santo de notable estilo románico y el Antigüo Hospital de la Villa con sus arquerías y soportales.
Entre hermosas fachadas
llegamos hasta la Plaza Marqués de Albaida, también conocida como Huerta de los Naranjos
por la Calle San Martín
frente a la Casa Gutiérrez Rada o Casa Torre de la familia Villota.
Cruzamos la Puerta de la Virgen Blanca y primer paso aduanero y de control a los mercaderes y comerciantes que entraban a la Villa.
Estrechas calles nos llevan hasta
la Iglesia de Santa María de la Asunción en lo alto de la Puebla Vieja, enmarcada en un gótico que sigue el estilo de las abadías cistercienses del siglo XIII.
Está rodeada por el portentoso
muro medieval
que acoge el edificio entre contrafuertes
y vidrieras.
Subimos a la parte alta para observar pequeñas calas
y otear a vista de pájaro la Ermita de Santa Catalina
y demás edificios eclesiásticos
con hermosas imágenes del pueblo.
Sobrevolamos la amplitud de la Playa de La salvé
para entrar en el Fuerte del Rastrillar del siglo XVI que servía junto a los Fuertes de Santoña para defender la bahía de ataques navales enemigos.
Las bellas estampas que se descubren desde esta hermosa atalaya
se clavan en nuestras retinas
alcanzando el Monte Buciero
y la Punta de El Aila con su paradisiaca playa
llenándonos de sosiego y serenidad.
Disfrutado el paisaje, vamos bajando
entre hermosas piedras
y entre las frescas fragancias de espectaculares flores
y sus llamativos colores.
La piedra vuelve a inundar el Arco de la Muralla interior
por la Puerta del Merenillo o San Marcial, cruzando la Casa del Rey y la Casa de Rada de la Sierra Ribas,
y traspasando viejas fachadas
llegamos al Mercado de Laredo.
Al lado de un pequeño altar
encontramos el Túnel de la Atalaya de 221 metros de longitud y al final del mismo alcanzamos
el precioso Mirador del Abra donde podemos apreciar una hermosa vista del litoral de Laredo
y sus acantilados.
Retrocedemos por el túnel y entre edificios
llegamos hasta el bello Puerto Deportivo
con infinidad de embarcaciones.
Damos por terminado este fenomenal paseo
con bellas vistas del Cantábrico que rodea la preciosa Villa de Laredo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario