El municipio de Geria se encuentra situado a unos 15 kms al suroeste de Valladolid. En este hermoso paseo recorremos sus alrededores, sus valores paisajísticos y sus rincones principales.
Nuestros primeros pasos los damos por la zona de La Solana, a los pies del Teso de Valdelamadre y del Pico Taragudillo, entre hermosos campos de cereal y colza, con colores y matices que nos crean una maravillosa sensación de un océano dorado.
Subiendo por el Teso de la Cabaña dejamos La Galinda y El Petafé
para obtener las primeras imágenes de Geria por encima de El Anguilón y Los Lindos, bajo el Teso de la Macañorra. A la derecha encontraríamos El Prado con la antigüa Fuente del Empedrado.
A continuación cruzamos las Ventas de Geria para llegar a Las Casquetas y Las Cantadoras y disfrutar de su vieja Casa de Máquinas entre oxidados hierros
y abundante vegetación.
Estamos en uno de los lugares mas importantes y hermosos del municipio geriano, ya que el abundante caudal del Pisuerga
se desliza suave primero,
y estrepitosamente después
para entregar sus agitadas y excitadas aguas
al apacible y sosegado Duero,
en el lugar mas espectacular y espléndido de todo el municipio de Geria.
Mientras el Duero se pierde con suma tranquilidad hacia Villamarciel
retomamos el viaje por el Pisuerga hacia la zona de Mazariegos,
cruzando debajo de la autovía por el Puente de la Mosquila
hacia Los Lavanderos y la zona de Valdevacas. En este lugar existió durante la Edad Media una necrópolis y yacimiento arqueológico donde se encontró gran material de la Edad de Bronce junto con otros de época romana y medieval.
El viaje continua por Las Cárcavas y Los Llanillos por el Camino de las Bendiciones hasta los restos de un pequeño pinar.
A la izquierda de éste, había otro pequeña mancha de pinar que se roturó hace unos años, formando en la actualidad un bello balcón sobre el oeste de los Montes Torozos.
Antes de alcanzar Geria, tomamos el Camino Toro para bajar a la zona deportiva y llegar hasta la Ermita del Cristo del Humilladero y su hermoso crucero,
que en su base se adivinan notables inscripciones que se remontan hasta el año 1694.
Las vistas de Geria adquieren en este punto, una gran calidad y belleza
hacia las zonas de La Vega y Huerta Perdida, que en su seno acogen el Arroyo del Prado.
Con una estupenda perspectiva, seguimos el camino de El Cascajo y La Manga,
entre modernos y sofisticados aparatos de riego por el Camino del Pedroso y hacia La Parva,
aterrizando en el Prado de los Lagartos, donde hace mucho tiempo existió el Manantial de la Carrera del Caño, formando con sus incipientes aguas el Arroyo de las Tapias, tributarias del Arroyo del Prado.
El Camino de la Portellada enfila hacia la Cuesta de la Parva en lontananza, dejando a la derecha la Fuente de los Lagartos, entre Los Pedregales, La Reina y La Urnia, lugar ésta última, donde se desarrolló la leyenda de Lucio "el lacero" cuando ocupaban las tropas francesas la península.
Los 805 metros de la Parva se convierten en un magnífico mirador de la zona oeste del municipio.
Nuestro viaje continua a los pies de los Tesos del Salero y Matrimonte, donde la primavera nos sorprende con estampas tan elegantes y atractivas como éstas,
acercando y alcanzando con nuestro "zoom" su Iglesia Parroquial que emerge entre la infinidad de tejados.
Entre Las Lastras y El Val, por el antigüo Camino de Valladolid,
alcanzamos la Collada de Velliza y Simancas, con preciosas vistas de toda la parte este de Geria.
Desde La Cueva recibimos un matinal perfil de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción,
así como una extraordinaria panorámica del palomar
situado en las faldas de La Conejera, también llamado Teso de la Nube.
Nos encaramamos sobre estas construcciones de barro y adobe muy típicas de la arquitectura popular de estas tierras, donde nuestros antepasados lo utilizaban para la cría de palomas y "pichones" como complemento de la agricultura y la ganadería.
Entre viejas ruinas y vestigios de los pequeños "nichos" o nidales, abandonamos este hermoso cuadro
para coger la Carretera de Robladillo, mientras descubrimos el ala norte de la población,
y entre cereales y nubes
cruzar el Prado de Fuentenueva o Fuentemuera
llegando hasta el Manantial del Horno de la Cal o Noracal, en los aledaños del Páramo de la Loba.
En lo alto del páramo admiramos las zonas de Val de las Casas y La Palomera para en un fuerte descenso
transitar por el viejo arroyo procedente de la Fuente de la Salud.
Escudriñamos la parte norte de Geria entre las naves de los viejos "gallineros"
y remodelados palomares,
abordando la zona de las bodegas
con bellas portadas en piedra.
Nos colamos por el interior de sus calles hasta el Caño de Abajo con un precioso "pilón" o abrevadero y un lavadero de preciosa mampostería.
Logramos llegar hasta su Plaza Mayor para descubrir su maravillosa Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, labrada con una fenomenal cantería en el siglo XV y XVI en estilo gótico y de una sola nave.
Un gran pórtico da su entrada para admirar en su interior uno de los mas bellos retablos renacentistas de toda la comarca de Torozos y donde las pinturas de Luis Aguirre y las esculturas de Jerónimo de Amberes y Cobos de Flandes resaltan la armonía del conjunto.
En la misma plaza encontramos el antigüo Ayuntamiento y una casa nobiliaria con solera,
en el que destaca este magnífico escudo y blasón con el linaje de la familia.
Paseamos por preciosas y toscas casas
que se disponen en estrechas calles
alcanzando pequeñas placetuelas.
La torre surge entre lo viejo y lo moderno
creando en algunas calles un adusto "mar de piedra".
Un portentoso edificio emblemático de Geria son sus Escuelas,
creadas hace mas de un siglo por sus benefactores D. Manuel González de la Mata y Doña Micaela Riaza y Perea,
casi adosadas al nuevo edificio de la Casa Consistorial,
donde observamos la bonita Fuente de la Alcachofa
con dos hermosos caños.
Fachadas de ladrillo y grandes traseras de madera también se asoman por las calles del pueblo,
llegando hasta el cauce del antigüo regato totalmente remodelado
que atraviesa pequeños y robustos puentes de piedra
en la zona de los "lavaderos" a la sombra de un gran olmo que los cobija.
Un pequeño y cuidado jardín engalana el recorrido del regato
a partir de la Fuente del Cañico.
Salimos de Geria entre viejas construcciones de adobe
para llegar a los centenarios y vetustos "pajares", entre las huellas de deslucidos y ajados aperos de labranza, que aguantan las duras y fuertes condiciones climatológicas y que forman parte de un pasado ya lejano,
para subir y acceder al pequeño promontorio de Cárdenas.
Disfrutamos de Geria
entre aromas de almendros y tomillos
y fragancias de cebadas y trigos,
mientras en este hermoso sosiego van desfilando numerosas vivencias y sucesos acaecidos hace ya muchos años.
Nos marchamos de Geria por la Carretera de Velliza, por Las Yeseras
entre los suaves tonos y matices de las cebadas de valdegalindo,
para acercarnos hasta la Fuente de las Calavernas, a los pies del Pico de la Colorada
y mas tarde llegar hasta el Prado y Fuente del Calvo.
Terminamos este bello paseo entre los verdes pinos de las laderas torozanas
planeando desde las alturas del Páramo de Valcuevo con increíbles imágenes, a vista de pájaro, de este excelente, fantástico y fascinante paseo por Geria, pueblo donde nací y crecí y que llevo muy dentro de mi corazón.
Bonito reportaje que me trae a la memoria. Mi niñez y mi juventud un diez para el reportero
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