LAS CASAS DEL CONDE

 El municipio de Las Casas del Conde se encuentra situado a 76 kms de la ciudad de Salamanca en la comarca de la Sierra de Francia y las Quilamas.

 Nada mas entrar a sus calles, nos damos cuenta de su fisonomía popular serrana

 y la gran variedad de plantas

 y frutales que su microclima alimenta.

 Sus calles se llenan de luz,

 de piedra y de madera hasta alcanzar

 la fuente-abrevadero.

 Rincones que aprovechan

 sus gentes para descansar a la sombra escuchando el rumor de sus fuentes.

 Comprometido con la actualidad, en sus balcones leemos consignas contra la reforma local que propone este desgastado Gobierno y que sin duda les dejará mas aislados y con mucho menos presupuestos para seguir avanzando.

 Hermosas plazas,

  balconadas por doquier, 

 tejados a punto de tocarse

 e infinidad de adobe entre la madera

 dibujan auténticos rincones de ensueño.

 Mas fuentes que manan por sus caños de continuo, nos guían

 a través de poyos de piedra y grandes escalones de granito,

 por alargadas balconadas hasta encontrarnos

 con bellas esquinas y recodos.

 Un magnífico universo de tapial

 decorado por espectaculares colores

 en este mar de pequeñas vigas y arcilla.

 Una personalidad que marca

 y otorga este maravilloso pueblo mientras el paseo por sus calles

 nos deja sensaciones del imperturbable fluir del tiempo.

 Terminamos de recorrer sus callejones

 para salir a la fértil vega del río de Francia.

 Un pequeño y maravilloso "Jerte"

 desfila por nuestros ojos

 donde el pueblo se tamiza de multitud

 de cerezos que en estas fechas de abril decoran el abrigado valle.

 Entre claveles

 y cruces,

 pasamos por un redecorado edificio

 que nos lleva hasta los robustos muros

 de su iglesia

 que luce una altiva espadaña.

 Sus inmediaciones se adornan y engalanan por bellos cerezos

 y vetustos olivos

 que nos encauzan en un viacrucis,

 con imágenes afables,

 que culminan entre robles

 en una preciosa representación del calvario, donde a esta hora sus vecinos cantan algunos salmos.

 Terminamos el camino con obras de arte sobre el olivar

 y pequeños majuelos

 ornamentados

 en este auténtico mirador de la sierra en el valle del río Francia.